Sus mercedes recordaran que ayer mi amada Dulcinea ávida de cultura estaba, pues hoy todavía no se le ha pasado el calentón, culturalmente hablando , que de lo otro destemplada se ha quedado. Así que a voz de sargento de hierro he ahí que me he levantado del jergón por cuenta que me trae y para que buen día tengamos.
Una vez desayunados enfilamos prestos Dulcinea y servidor, que Rocinante esta de descanso, a tomar la diligencia publica por buen consejo de nuestra hostelera y en vista de la caminata de ayer en huelga de desgastar suela este narrador se plantó y mas conociendo los caminos que llevan a estos palacios. Montamos en lo publico que 5 eureles por los dos y con viaje de ida y vuelta para todo el día nos dio el conductor. Así subiendo cuestas, con curva y contra curva y bote que te bote después de brincar durante casi 5 kilómetros llegamos a nuestro primer destino que era Castillo de los Moros, previa presentación de los tickets comprados el día anterior para esta visita, el alguacil nos franquea el paso. Joder en cuanto empiezo a caminar me acuerdo de lo que mi buen amigo Mario me dijo "recuerda, todos los palacios y castillos están en lo alto, así que mejor no comprar ninguno". Razón no le falta al condenado. Este castillo según nos cuenta el alguacil se remonta al siglo XI, época de la ocupación musulmana del territorio y debido a su posición privilegiada para vigilar la linea de la costa, su función fue la de atalaya para garantizar la protección de Lisboa. Verdaderamente es impresionante sus almenas, torres y murallas;así como las vistas sobre toda Sintra y alrededores. Mi Dulcinea absorta esta, no se si por las vistas o por pensar como se viviría como reina del castillo.
Terminada la visita al castillo prestos salimos al camino a tomar de nuevo la diligencia para ir a visitar el Palacio da Pena que también lo teníamos abonado en el sello pagado.











Un palacio que rodeado de jardines parece sacado de un cuento de mi amiga Blancanieves. Segun nos narra el narrador oficial de palacio es una expresión máxima del romanticismo del siglo XIX en Portugal y constituye la expresion mas importante del paisaje cultural de Sintra; es todo ello como un parque temático con sus vehículos eléctricos que hacen un recorrido por todo el. Dentro del parque se encuentra también el chalet de la Condesa concebido como una construcción de recreo imitando a los chalets alpinos, a este pobre narrador le ha pareció como la casita de chocolate. Lo dicho y redicho por Quevedo "poderoso caballero es Don Dinero".
Después de vueltas y revueltas presto tomo a Dulcinea y a la diligencia que la encamino.
Una vez montada en ella a la ciudad de Sintra que llegamos prestos a cenar que es hora de menester y al estomago atender. Una vez ya abastecidos por las horas que toca el campano de la torre a retirarse a nuestros aposentos toca y descansar el pinrel que los tengo como muestrario de morcillas morcillonas. A la mañana mas...
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