miércoles, 30 de julio de 2014

28-7-2014 De Braganza a Guimaraes

Estando dormido unas fuertes sacudidas y una melosa voz me arranca de los brazos de Morfeo con una frase atronadora ¡Levantate gandul que se nos pasa el día!. Hay mi amada Dulcinea tan cariñosa para las labores del despertar que casi muero de infarto antes que de gozo, así que ya en esta guisa no queda otra que poner las vestimentas y arrear, que si no se la puede montar por lo menos arreamos :-). Decidimos ver Braganza diurna, paseo por el parque, visita a la iglesia del Se y como es la hora del Ángelus unas cañitas para comenzar el camino hacia Guimaraes, que de la andadura ahora paso a relatar a sus mercedes, si ganas tienen de escuchar y voluntad de unas monedas echar al cestillo. Hoy rocinante esta corredor y por la autovia raudo y veloz nos lleva hasta el pueblo de Alijo, pequeño, coqueto y singular. Una vez de allí continua hacia Peso de Regia por carreteras secundarias por el valle de Duero entre viñedos y curvas con unas vistas impresionantes de las cuales el maestro retratista les mostrara en pasado un tiempo tenga terminado su trabajo. Volvamos al hilo, una vez descendido al fondo del valle la carretera sinuosa y divertida trascurre junto a la orilla del río duero por donde navegan barcos de carga y de turismo. A vistamos un grupo de personas mirando hacia un lado y rocinante que curioso es como todos los de su especie ahi que para su marcha y nos apaemos para descubrir una presa con esclusas por las que un barco de turistas pasan de un lado al otro del rio, como es un acto que no suele acontecer en las tierras vascas nos quedamos a contemplar tal evento. Finalizado el trasvase y rocinante pidiendo su ración diaria hay que pone rumbo al repostaje que de lo bueno que el acostumbra a tomar a 1,72 eureles que esta la de 98, aprovechando que el bebe mi Dulcinea y este pobre narrador se despachan con dos pintas de cerveza y unos pasteles de bacalao que rico era poco para como estaban. Refrescados montura y jinetes continuamos hacia nuestro destino Guimaraes por la misma carretera. Arribamos a nuestro destino, Hotel Joao IV hotelito en el centro acogedor y limpio, con simpatía y buen hablar el hotelero nos da un mapa de la ciudad y nos indica los lugares a visitar que todos se hallan cerca y a pinrel caminero se hacen. Llegamos al casco antiguo y parece que estés un época del XIV-XVI, nos perdemos entre sus callejuelas y edificios y nos llegamos al Castillo, que fue residencia oficial del presidente de la república hasta mitad del siglo XX según reza en los escritos, en sitio malo no vivía el vividor que cubil pequeño no es sino grande y majestuoso. Volvemos a la zona de mesones y a cenar procedemos que bien atendidos fuimos y llenos quedamos . La ciudad es preciosa de noche con sus ventanas iluminadas y los jardines iluminados. Dado las horas nonas que son enfilamos para el hotel y hasta aquí mi señora Dulcinea me deja narrar ya que lo demás dice que es del cuerpo celestial. Si esta crónica te ha gustado no te olvides de comentar. CONTINUARA...Mañana hasta Aveiro cabalgaremos.

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